domingo, 11 de mayo de 2014

Pinochet, de "burro" a General

Pinochet, de "burro" a General

El "libertador" de Chile Pinochet, de "burro" a General Guido
R. Peredo Montaño / Bolpress.com

Sus compañeros de clase y amigos en la escuela lo llamaban pollino, burro, jumento. Dicen que, fruto de sus habilidades boxísticas, debió visitar constantemente al padre Santiago Cuico Urenta, inspector general de la escuela. Como era de esperarse, el boxeador y aguerrido peleador callejero, reprobó todos los cursos que tenia en frente y en 1930 repitió el tercer año de humanidades, hasta aburrir a sus maestros.

El "libertador" de Chile
Pinochet, de "burro" a General


Este 11 de septiembre el regalón de doña Avelina Ugarte Martínez, Augustito Pinochet, había demostrado que para ser general no era necesario saber por qué dos más dos eran cuatro: "Es posible que nos aplasten, pero el mañana será siempre del pueblo." (Allende)

Guido R. Peredo Montaño / Bolpress.com

Fue un 25 de noviembre de 1915, en Valparaíso, cuando Avelina Ugarte Martínez dio a luz a su primogénito, Augustito Pinochet -como lo llamaba de cariño- doña Avelina, decía que él -el dictador- era el único regalón que Dios le había dado y que sus otros hijos, María Avelina (Nena, vivió 30 años en Bolivia), María Inés, Arturo, Gerardo y María Teresa (la menor) lo sabían y que por ello debían respetarlo.

La madre de Pinochet lució en el pecho, hasta en día de su muerte, un collar de la Virgen del Carmen, junto a la imagen de Pinochet: "...sí, de todos mis hijos... Augusto es mi regalón y no me importa decirlo, porque los otros lo saben...", confesó, en más de una ocasión a la prensa derechista chilena.

Según el connotado periodista Pablo Azocar, en su libro "Epitafio para un Tirano" -de quien me presto algunos datos para recordar este fatídico día para la humanidad-, los cinco chiquilines correteaban semidesnudos por las cercanías del Arzobispado de Valparaíso, en la calle Pedro Montt 1785.

Augustito, un regalón, obedecía ciegamente a la mamá. Es así que jamás se negaba ponerse los trajecitos marineros, falditas cortas de faja con encajes de color que su mamá le confeccionaba con todo cariño.

Ya de adolescente -dicen también sus biógrafos, más enemigos que amigos- solía arreglar todos sus problemas a golpes de puño: todos en su barrio temían encontrarse con él.

Aunque era callado, pero peligrosamente discreto, su vida en las calles, cargada de abusos contra sus amiguitos, se reflejaba en sus estudios: pasaba horas y horas demostrando su fuerza y habilidad boxística en escuela. Su vida escolar la pasaba en el cuarto de castigos porque recolectaba dulces y juguetes a puño limpio.

Augustito inició sus estudios primarios -como interno- en el Seminario San Rafael (Valparaíso). Apenas lo aguantaron; fue suspendido varias veces, y tras casi destruir sus instalaciones, por la bronca que le causaba no agarrar una, fue expulsado.

Su padre, una figura extremadamente ausente y sin carácter, trabajaba en la aduana y como tal, siempre dejaba pasar todos los excesos de Augusto, como si nada. Entonces, era un buen aduanero. La seriedad y el orden pasaba por cuenta de la madre. Tras su expulsión de los Sagrados Corazones, donde se empecinaba por destacar como burro, doña Avelina, como toda madre que daba la cara por su regalón -a pesar de todo- logró que lo aceptaran en otro establecimiento, y el muchachón logró cruzar el segundo año, en 1929, más por la gracia de Dios.

Es así que quiero recordar las gloriosas batallas (miles de torturados y asesinados por el tirano) de las que siempre salió vencedor Augustito, que en días pasados cumplió en medio de su enfermedad mental- un añito más de vida. Pues en este corto pero sincero homenaje rememoramos los pasajes de su sobresaliente vida estudiantil.

La hoja de vida de Augustito revela lo siguiente: calificaciones de sus exámenes finales del 1 al 7: Castellano 3; Historia y Geografía 3; Inglés 3; Francés 3. Aunque su madre, le hacia referencia, constante, a su antepasado francés, el muchachón se esforzaba doblemente. Pero aún así, no conseguía superar el 3 que era requisito para aprobar la materia.

Sus compañeros de clase y amigos en la escuela lo llamaban pollino, burro, jumento. Dicen que, fruto de sus habilidades boxísticas, debió visitar constantemente al padre Santiago Cuico Urenta, inspector general de la escuela. Como era de esperarse, el boxeador y aguerrido peleador callejero, reprobó todos los cursos que tenia en frente y en 1930 repitió el tercer año de humanidades, hasta aburrir a sus maestros.

No contento con ello, los primeros meses del 1931, postuló por primera vez a la Escuela Militar, como de costumbre, el muchachón no aprobó lo básico. Todo ese año lo dedicó al boxeo y a corretear los novios de sus hermanas; aún así, el preferido de dona Avelina, seguía en la escuelita.

Posteriormente, continuó sufriendo con su idioma materno (francés), inglés, física y, peor aún, matemáticas; su punto fuerte era gimnasia, educación católica- cristiana y trabajos manuales.

A finales del mismo año intentó nuevamente ingresar a la Escuela Militar. Sus notas finales fueron: Castellano 3; Historia y Geografía 4; Inglés 3; Francés 2; Matemáticas 3; Ciencias Naturales 3; Física 2; y Química 2; Era obvia su vocación para militar, al menos en esa época.

El muchachón con la valentía y pundonor deportivo que lo caracterizaban, continuaba haciendo esfuerzos de entender por qué, dos más dos no eran tres.

En esa época Chile vivía un gobierno militar y el joven Pinochet, se metió en un trifulca callejera y recibió una tremenda paliza por parte de los militares... Parece que eso lo motivó aún más y siguió luchando y esforzándose para ser un dictador, el más despiadado.

Marcelo Malare, uno de los pocos amigos con quien compartió su vida jodenil comentó: Se pasaba todas las tardes finteado con los puños a todo el que pasaba por la calle. El propio Augusto Pinochet, en su libro El día decisivo, dice: Sólo en el tercer intento pude llegar al plantel de la calle Blanco Escalada. Recuerdo que días anteriores contaba los días que faltaban para que llegara el 11 de marzo, fecha que debía presentarme en el establecimiento militar. Según los datos del propio Azocar, V. Espinoza y H. Urquieta en su libro titulado Tarde pero llega. Pinochet ante la justicia española, y en G. Marín Las cien águilas, Alejandro Ríos Valdivia, quien fuera Ministro de Defensa durante Allende, fue profesor de Pinochet en la Escuela Militar entre 1945 y 1949, dijo: Los profesores siempre nos acordamos de los mas brillantes o muy malos, y Picochet era del montón.

El propio Marín, autor de Las Cien Aguilas, alumno de Pinochet en la escuela militar, sostenía: Nuestro comandante de compañía era el capitán Augusto Pinochet, perteneciente al arma de infantería que acababa de ser alumno en la academia de guerra a los 30 anos, de modo que cuando mi promoción se gradué, él ya estará jubilado. No es común ver un capitán de 30 anos, cuando el promedio era 23-25. Pues, el será el militar más antiguo del continente, o del mundo, porque su edad era atentatoria contra su carrera.

Pinochet no se caracterizaba por ser sobresaliente, ni por ser alumno regular, se caracterizaba por su inmisericordia.

La mujeres marcaron su compás

Desde que inicio su carrera militar, decían sus camaradas, permanecía apegado a su familia. Todos los fines de semana acudía a su casa para compartir son su madre; jamás permanecía en Santiago. Su hermana Nena, dijo una vez a la prensa: Era muy celoso, estricto y nos vigilaba excesivamente. Nunca nos llevaba a fiestas y sobre todo no salía. No tenía amigos de lo único que gustaba era dar caminatas largas en la playa, leyendo libros de guerra y textos militares.

El teniente Pinochet abandonó temporalmente su carrera. Su familia atravesaba una critica situación económica y trabajó duro con su padre por seis meses. Ya en 1940 retornó al Ejército un poco aliviado.

Lucia Hiriart vio por primera vez a Pinochet cuando tenía apenas 15 años. Estaba colaborando con mi padre, en una colecta, para apoyar al gobierno del radical Juan Antonio Ríos. No sé en que momento, el papá de una amiga mía, quien era comandante de alguna unidad de infantería, se acercó a mí para dar una donación y junto a el había un joven oficial que nadie conocía. Cuando le pedí donación, no tuve respuesta alguna, pero cuando empezamos a salir y lo conocía más, Pinochet me confesó, que desde hace tiempo andaba sin un cinco.

Pinochet, desde ese día, no le perdió pisada a la joven quinceañera. Lastimosamente la niña estaba comprometida con un cadete de aviación, por lo que sus camaradas le decían: Nunca se va fijar en ti: Pero, al final, Lucia y Pinochet formaron un hogar, prestándose dinero de su suegro, hasta para vestir a la hermosa Lucia.

El joven peleador y abusivo se había transformado en un caballero y fue que en sus subsiguientes cargos, que logró el respeto de sus camaradas, principalmente por su gritos y soberbia. Nunca participaba de fiestas, era huraño, celoso, resentido y además desconfiado. Luego el comandante Pinochet, se las ingeniaba para sobresalir: no desperdiciaba

oportunidad para hablar con la prensa. Lucia lo empujaba, su padre, un hombre bien relacionado, le había enseñado que lo social, es determinante para ocupar algunos cargos, y así fue.

Su madre y su esposa fueron determinantes en la vida de Pinochet. Su relación con el sexo opuesto, no ha sido analiza por los sicoanalistas; Más del 95 por ciento de sus entrevistas publicadas, fueron concedidas a reporteras; obviando con cierta intencionalidad a los reporteros varones. Se sentía más seguro, hasta bromeaba dijo Lucia. Su madre, mujer férrea, segura, con autoridad y carácter fuerte, poseía todo el poder sobre el teniente y el capitán. Posteriormente, su esposa Lucia, con quien al final la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) tuvo que lidiar para preparar el golpe, fue igual de drástica que su madre, pero con mayor roce social. Eso hizo de Pinochet lo que es, fue y será: un dictador, que jura haber liberado a Chile de su peor desgracia.

Cronología de la liberación

25 de Marzo de 1970: El comité de los 40, reunido en Washington encabezado por el director del Consejo de Seguridad Nacional, Henry Kissinger, está a cargo de los planes para complotar contra el candidato socialista Salvador Allende que encabeza la alianza de izquierda Unidad Popular. En caso de perder las elecciones, deberían llevar a cabo un golpe de estado. El comité aprueba 125 mil dólares para trabajos de desestabilización contra la coalición de la Unidad Popular.

De junio a septiembre: Kissinger sugiere no esperar las elecciones para tomar alguna medida. Los directivos de la compañía estadounidense de telecomunicaciones ITT, junto a los operadores políticos de Nixon, John McCone ex-director de la CIA, se reúnen con el nuevo director de la Central de Inteligencia, Richar Helms, quien apuntó a asfixiar económicamente a Chile, en caso de que Allende ganara, y así fue. El comité envía 300 mil dólares para más operaciones propagandísticas contra Allende; pero, el socialista gana las elecciones con 36 por ciento de los votos, contra el 34 por ciento del Partido Nacional de Jorge Alessandri, y el 27 por ciento del Demócrata Cristiano de Radomiro Tomic. Todo debía arreglarse en el congreso.

El comité aprueba otra partida de 250 mil dólares para comprar votos en el parlamento. El embajador estadounidense en Santiago, Korry, no pudo influir en el voto. Nixon, a través del Director de la CIA, Richard Helms, previene a Allende de los peligros que implican su llegada al poder. El anuncio fue calificado como Track II. Pero luego Helms fue declarado culpable de perjurio por el Senado de su país, al alimentar actividades secretas de la CIA.

De octubre al 31 de diciembre: La CIA se pone en contacto con militares chilenos -se cree los generales Urbina, Sepulveda, Pickering, incluso, Prats y Contreras Fischer- y a la vez trata de disimular el complot iniciado por un militar retirado de apellido Viaux. Pero el parlamento hace de Allende presidente constitucional. El comité aprueba otros 60 mil dólares para apoyar al embajador Korry en Chile, quien debía comprar una radio para hacer campana contra Allende. En un cuartel secreto de la CIA -en Santiago-, Kissinger entrega guías de las operaciones para el complot. También se secuestro al general Rene Schneider por no apoyar el complot, al final lo asesinan. El 24 de octubre Allende jura como presidente en el Senado. Allende reestablece relaciones con Cuba. El comité aprueba otros 25 mil dólares para apoyar a los candidatos demócratas, luego otros 725 mil dólares, para un programa de acción más efectiva. Allende establece control estatal de las minas grandes y autoriza expropiación de las compañías extranjeras. También tenia planes de desprivatizar la banca.

Enero a junio del 1971: Chile reestablece relaciones con China. El comité envía un millón 240 mil dólares para comprar radios, televisoras, periódicos y desprestigiar a Allende. Fidel y Allende firman un acuerdo de 20 millones de dólares. Otra vez envían 180 mil dólares para la campaña del Partido Demócrata Cristiano. En abril, el partido de Allende gana las elecciones en la mayoría de los municipios de Chile. La victoria se dio gracias al apoyo de los jóvenes entre 18 y 21 anos que ya podían votar. Paralelamente un grupo denominado Patria y Libertad, financiado por la CIA, destruye locales públicos. Nuevamente envíandinero, 77 mil dólares, para comprar un periódico, no se consigue el objetivo. Posteriormente, desde el comité, envían nuevamente 100 mil dólares, esta vez para pagar deudas de los demócratas.

De julio a diciembre 1971: El comité envía 150 mil dólares, para ayudar a los demócratas cristianos. Varias compañías mineras son nacionalizadas, incluidas las minas de cobre. El Banco de Importaciones y Exportaciones niega un préstamo al gobierno de Allende, cuyo destino era comprar más aviones para la flota de Lan Chile. En septiembre gracias a la mediación de la CIA, un grupo de compañías -Anaconda Cooper, Ford Motor, Primer Banco Nacional City, el Banco de America, Ralson Purina y ITT- son reunidas con el Secretario de Estado estadounidense Willian Rogers, y acuerdan bloquear a Chile económicamente. La CIA instala un equipo de golpes en Santiago y obsequia miles de millones de dólares a grupos de derecha en Santiago. Así empieza la fatídica caída de Allende.

El 9 de septiembre, la Secretaria de Estado, la CIA y el comité aprueban 700 mil dólares para el diario El Mercurio de Santiago, quien jamás dudo en golpear al presidente democráticamente electo y omitir las atrocidades cometidas por Pinochet. A finales de este mismo mes Edward Korry es reemplazado por Nathanial Davis, como embajador de USA en Chile.

En noviembre, el comité envía otra millonaria suma de 815 mil dólares para los partidos de oposición y para quebrar a la Unidad Popular. Los primeros días de diciembre del 1971 la CIA, la Democracia Cristiana y el Partido Nacional organizan la marcha de las ollas vacías justo en medio de la visita de Fidel Castro.

De enero a junio de 1972: Nixon publica advertencias hacia Allende, indicando que las compañías norteamericanas deberían ser recompensadas por la nacionalización. Luego desde Nueva York se bloquean cuentas de las principales agencias gubernamentales. En marzo, el periodista Jack Anderson, denuncia y acusa a la compañía ITT y a la CIA del complot contra Allende y el escándalo se inicia. Pero el complot no para. El mismo periodista con documentos en mano, denunció que la compañía ITT ofreció miles de millones de dólares al gobierno y al partido de Nixon, si lograba sacar a Allende del poder y que debería entregarse el poder a los militares. El 11 de abril, el diario El Mercurio recibe otro fuerte soporte de 965 mil dólares del comité. En julio Allende acusa a Estados Unidos de conspirar en su contra, mientras la compañía de cobre Kennecott embarga el cobre proveniente de las minas nacionalizadas. El 21 de agosto ya se ven los primeros frutos, de la conspiración estadounidense, por lo cual Allende dicta estado de sitio por enfrentamientos entre militares, grupos de derecha e izquierda. Gracias al general Prats se logra un acuerdo y el país logro calmarse.

De enero a julio de 1973: La inflación llega a 200 por ciento. Mientras tanto EE.UU. y su Agencia de Inteligencia envían, a través del comité, 200 mil dólares para los demócratas en el Congreso. Luego, en marzo, ni Chile ni EE.UU. hablan sobre política, menos sobre temas económicos. En medio de una fuerte presión social, por la falta de circulante, fruto de la presión ejercida desde USA y las empresas transnacionales, Chile suspende el envió de cobre al extranjero, pero Allende logra dialogar con los mineros, que hasta ese entonces estaban en huelga. Sólo los mandos superiores y administrativos se oponían a continuar trabajando, el envío de tantos miles de dólares ya estaba dando resultado.

El pueblo y los trabajadores salieron a la calles el 20 de Junio apoyando al gobierno de Allende. Casi un millón de ciudadanos -universitarios, médicos, profesores, mineros, campesinos- salieron en la marcha, la que fue acallada por la prensa comprada. Tras estos hechos, El Mercurio fue acusado de conspirar y tuvo que cerrar sus puertas por algunos días. Luego, jueces comprados con el dinero que enviaba Nixon, declararon ilegal el cierre del medio y continuó su batalla mediática contra la democracia. A los pocos días el Ejército aplaca un levantamiento en contra de Allende y contra el propio Alto Mando.

El 29 de junio se da la primera conspiración seria y armada: un grupo de tanques y vehículos blindados ataca el Ministerio de Defensa, y el propio Palacio Presidencial. Las tropas fieles a Allende hacen que se rindan, golpe denominado el tanquetazo.

En julio los mineros deciden retornar al trabajo, pero Chile ya había perdido 66 millones de dólares en 76 días de una huelga tele-dirigida desde la Casa Blanca.

Para agosto el partido Demócrata Cristiano, dijo públicamente que ellos apoyan un complot y que el gobierno de Allende estaba corrompido por la mafia comunista judía. Al mismo tiempo Allende denuncia que se habían suscitado 180 actos terroristas y que ello implicaba un serio atentado contra la democracia. Al cerrarse el mes la Marina aplaca otra intentona en Valparaíso, ciudad natal de Pinochet. Por si fuera poco el general Carlos Prats se desmarca del Ministerio de Defensa y del Comando de las Fuerza Armadas, todo ello por presiones de Pinochet y el general Carvajal.

El 4 de septiembre otra multitudinaria marcha en apoyo a Allende es disminuida por la prensa. Jaime Favovich, ex-subsecretario de Transporte, denuncia que el Ejército está confabulando contra el gobierno democrático.

El 11 de septiembre tanques, aviones, francotiradores y vehículos blindados invaden las calles y bombardean La Moneda; Allende se pega un tiro y con ello los militares se reparten el poder. Ese 11 de septiembre el regalón de dona Avelina Ugarte Martínez, Augustito Pinochet ha demostrado que para ser general no era necesario saber por qué dos más dos eran cuatro: Es posible que nos aplasten, pero el mañana será siempre del pueblo (Allende). Felicidades Augustito...

Fuente: http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2002075059

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