La derecha desentierra la campaña del terror
Punto Final
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, marcó el inicio de una ofensiva del gobierno y un sector de la derecha para atemorizar a los ciudadanos que exigen el término del modelo de desarrollo neoliberal imperante en el país. El temor del oficialismo se ha incrementado al observar que las demandas de cambio están siendo incorporadas, con progresivas coincidencias, en los programas de los diversos referentes opositores encabezados por el pacto Nueva Mayoría, liderado por la ex presidenta Michelle Bachelet.Hablando en el Encuentro Nacional del Comercio, el 7 de junio, el ministro Larraín afirmó que “las propuestas de Asamblea Constituyente, AFP y alzas de impuestos de los candidatos de la Concertación y el PC, ya han provocado efectos negativos sobre la inversión. Hay que decirlo claramente: la inversión responde a señales, no responde sólo al dinamismo de la economía”. Sus palabras fueron recogidas de inmediato por el candidato presidencial de la UDI, Pablo Longueira, quien afirmó que “los países que se polarizan, que ofrecen aventuras como las Asambleas Constituyentes, son países que están generando un clima que puede llevar a que en Chile haya menos inversión y menos ahorro”.
Luego, el presidente Sebastián Piñera se sumó declarando: “La estabilidad, la confianza, la certidumbre, el tener reglas claras de juego es algo muy necesario para fomentar la inversión”, enfatizando que “cualquier asomo de incertidumbre, de inestabilidad, de reglas no claras, de propuestas que cambian las cosas sin tener certeza de su alcance y contenido, generan un clima de mayor incertidumbre”.
El Mercurio , a su tiempo, dedicó al tema su principal editorial del domingo 9, que tituló “Costos de la incertidumbre”. Al final de su análisis, afirmó: “Aunque la advertencia puede ser prematura, más vale que sea tomada en cuenta por los diferentes comandos presidenciales. Un clima de incertidumbre sobre las ‘reglas del juego’ en materia económica, especialmente en un escenario internacional que pueda volverse menos favorable, podría complicar mucho la vida del gobierno que será elegido este año”.
El Mercurio , además, pidió a uno de sus columnistas estrellas, el anónimo Liberty Valance, que le echara pelos gruesos a la sopa eleccionaria en la columna que éste escribe habitualmente en el suplemento Sábado , dirigido a las familias de lectores del periódico de Agustín Edwards (ver recuadro).
PRIMER DEBATE PRESIDENCIAL
La mayoría de las coincidencias opositoras quedaron en evidencia durante el primer debate que se efectuó el lunes 10 a través de las pantallas de Canal 13 y CNN-Chile, donde marcaron algunas diferencias el candidato del PDC, Claudio Orrego y el independiente Andrés Velasco. José Antonio Gómez, candidato del PRSD, fue categórico en pronunciarse por una Asamblea Constituyente y profundas e inmediatas reformas a la educación, salud y sistema previsional. Michelle Bachelet, en tanto, insistió en su principal consigna: lucha contra la desigualdad.
Los “cuatro fantásticos” de Nueva Mayoría no polemizaron entre sí, en cambio se mostraron dispuestos a llegar a acuerdos después de las primarias del 30 de junio. Bachelet, incluso, habló de ampliar y sumar nuevos aliados al pacto, incorporando fuerzas sociales y gremiales.
En la derecha, cada vez más inquietos por lo que consideran una nueva “marea roja” que se cierne sobre Chile, hacen desesperados esfuerzos para remontar en las encuestas y tratar de imponer sus postulantes al Parlamento. La Unión Demócrata Independiente (UDI) principal bastión político-parlamentaria de la Constitución de 1980 y del modelo económico neoliberal, está viendo con angustia el escaso entusiasmo que despierta la candidatura de Pablo Longueira en regiones. En su gira por el sur el ex ministro de Economía logró congregar sólo algunas decenas de personas y debió enfrentar, al mismo tiempo, acciones de repudio y manifestaciones en su contra. En su comando de campaña se decidió concentrar el trabajo de propaganda en los sectores populares de Santiago, Valparaíso y Temuco, mientras los principales parlamentarios de la tienda gremialista se abocan a garantizar la asistencia a las primarias del 30 de junio de militantes y simpatizantes. Longueira basa su confianza en el “electorado duro” de la derecha -entre ellos los miembros de las fuerzas armadas y sus familias- y en el escaso entusiasmo por votar de los sectores independientes que eventualmente podrían inclinarse por su adversario, el representante de Renovación Nacional, Andrés Allamand.
Este último introdujo en su campaña a los independientes que se aglutinan en Evópoli, movimiento liberal que fundó Felipe Kast Sommerhoff y que ha ido adquiriendo presencia entre los profesionales jóvenes que pueblan los ministerios del actual gobierno. Allamand también recibió el apoyo de un centenar de destacadas figuras independientes a través de una inserción en El Mercurio , y sumó al bien evaluado ex ministro de Cultura, el actor Luciano Cruz-Coke, como jefe de su campaña territorial, aumentando aún más la inquietud de la UDI, que apeló al desgastado ex ministro Joaquín Lavín. La UDI, en su intento por acotar lo más posible la primaria del sector, se ha negado a aprobar el proyecto de ley que permite una franja electoral para los comicios del domingo 30.
EL “REPUBLICO” ESCALONA
Uno de los escasos factores que perturban el despliegue de Nueva Mayoría -la coalición que reemplaza a la Concertación- lo constituye el senador Camilo Escalona, cuya repostulación a la Cámara Alta se vio frustrada por una decisión de la comisión política del Partido Socialista, tienda de la cual se consideraba líder indiscutido. Luego de una pausa para retomar aliento después de su severo traspié, Escalona reaccionó con la difusión de una larga lista de dirigentes políticos que lo apoyan, encabezada por Eduardo Frei Ruiz-Tagle y otros connotados miembros del PDC, entre ellos Ignacio Walker, Soledad Alvear y Andrés Zaldívar. Los adherentes, tras un panegírico en defensa de la trayectoria de Escalona, expresan: “Confiamos en su voluntad y capacidad de proseguir entregando su aporte a la conducción de los esfuerzos por la profundización y robustecimiento de la democracia. Desde todo Chile, los socialistas y otros demócratas que comparten estos conceptos, lo abrazamos y le expresamos nuestro afecto y solidaridad”.
Casi en forma simultánea a la difusión de la lista, Escalona publicó una columna titulada “A propósito del 4 de junio” en la página web del Instituto Igualdad, ligado al PS, donde insistió en sus reparos a lo que considera la “radicalización” del programa de Bachelet. En parte de su escrito, Escalona expresó que “las fuerzas o grupos que pretenden el cambio revolucionario caen en el error de pensar que un golpe audaz, una acción afortunada, puede ‘de golpe’ realizar aquellas añoradas transformaciones, es decir, que de pronto la minoría puede pasar a ser mayoría y materializar su voluntad. Esa es una simplificación profunda del proceso político, cuya raíz no es un pensamiento democrático. Es la creencia que una minoría mesiánica puede alcanzar por su sola acción aquello que el proceso histórico no ha permitido y que las fuerzas populares, en su largo desarrollo, no han conseguido en décadas de luchas y de esfuerzos sucesivos”; añadiendo que “estoy convencido que radicalizar artificialmente el programa que se propondrá al país como alternativa de gobierno, sólo redundará en el fortalecimiento de las fuerzas más conservadoras y en el debilitamiento, altamente inconveniente, del acuerdo estratégico en el ámbito cultural, político y social entre el centro y la Izquierda, que ha sido la base, hasta hoy, del restablecimiento de la democracia en Chile”.
En el PS y en la Izquierda en general, critican a Escalona su apego a lo que muchos han llamado “el partido del orden”, un grupo de políticos alineados en la defensa del statu quo y de sus personales cuotas de poder. Al conductor de la Nueva Izquierda, tendencia predominante hasta ahora en el PS, se le atribuía la intención de transformarse en el poder detrás del trono en una eventual segunda administración de Bachelet. A Escalona -afirman sus críticos- le acomoda el cartel de “repúblico”, “estadista”, gestor del diálogo y de consensos políticos, como lo halagó El Mercurio . Se creyó el cuento -agregan algunos- de que él puede dar garantías de gobernabilidad a los empresarios y a la propia derecha.
Su cerrada oposición a una Asamblea Constituyente se cruza, incluso, con una decisión tomada en el congreso ideológico que el PS efectuó en julio de 2011. Uno de los acuerdos fue cambiar la Constitución Política de 1980 “a través de una Asamblea Nacional Constituyente”.
Los pasos de Camilo Escalona en los últimos días permiten augurar que dará una cerrada lucha por retomar la conducción del PS en las próximas elecciones internas y desde allí, manejar -junto a sus aliados en los otros partidos de la Concertación- las llaves que abren y cierran las puertas de los acuerdos parlamentarios para el fututo gobierno. Habrá que ver si lo logra.
MANUEL SALAZAR SALVO
RECUADRO
Liberty Valance y “UP2013”
Liberty Valance es uno de los malos más malos que ha producido el cine, inmortalizado por John Ford en el filme El hombre que mató a Liberty Valance . El personaje encarnado por Lee Marvin es tan malo, que todo el argumento de la película gira en determinar cuál será el hombre capaz de matarlo. Liberty usa una máscara y porta un látigo inconfundible con empuñadura de plata. No trepida en nada, no tiene corazón y su mirada paraliza. Nadie en el lejano oeste es capaz de contenerlo.
Su nombre fue adoptado por un hasta ahora anónimo columnista de El Mercurio , un escribiente que tampoco duda a la hora de infundir terror. Este Liberty recurre a la crónica satírica para conseguir sus propósitos. Su columna “Perdone lo poco” se publica en la revista Sábado que incluye El Mercurio y, ocasionalmente, se le requiere para “operaciones especiales” en el Cuerpo de Reportajes y otras secciones del periódico. El sábado 8, Liberty escribió una perlita de insidia y maledicencia que tituló “UP2013”, dirigida con especial afecto para los democratacristianos (ver en www.emol.com ).
La identidad de este moderno Liberty Valance se oculta bajo siete llaves en El Mercurio . Tarde o temprano, sin embargo, los malos quedan al descubierto. Detrás de la máscara de este Liberty Valance se esconde el periodista Antonio Martínez, columnista del suplemento deportivo del mismo diario, crítico de cine, autor de algunos libros sobre el séptimo arte y ex editor del diario La Epoca y de la revista HOY , ambos medios desaparecidos.
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 783, 14 de junio, 2013
www.puntofinal.cl
Luego, el presidente Sebastián Piñera se sumó declarando: “La estabilidad, la confianza, la certidumbre, el tener reglas claras de juego es algo muy necesario para fomentar la inversión”, enfatizando que “cualquier asomo de incertidumbre, de inestabilidad, de reglas no claras, de propuestas que cambian las cosas sin tener certeza de su alcance y contenido, generan un clima de mayor incertidumbre”.
El Mercurio , a su tiempo, dedicó al tema su principal editorial del domingo 9, que tituló “Costos de la incertidumbre”. Al final de su análisis, afirmó: “Aunque la advertencia puede ser prematura, más vale que sea tomada en cuenta por los diferentes comandos presidenciales. Un clima de incertidumbre sobre las ‘reglas del juego’ en materia económica, especialmente en un escenario internacional que pueda volverse menos favorable, podría complicar mucho la vida del gobierno que será elegido este año”.
El Mercurio , además, pidió a uno de sus columnistas estrellas, el anónimo Liberty Valance, que le echara pelos gruesos a la sopa eleccionaria en la columna que éste escribe habitualmente en el suplemento Sábado , dirigido a las familias de lectores del periódico de Agustín Edwards (ver recuadro).
PRIMER DEBATE PRESIDENCIAL
La mayoría de las coincidencias opositoras quedaron en evidencia durante el primer debate que se efectuó el lunes 10 a través de las pantallas de Canal 13 y CNN-Chile, donde marcaron algunas diferencias el candidato del PDC, Claudio Orrego y el independiente Andrés Velasco. José Antonio Gómez, candidato del PRSD, fue categórico en pronunciarse por una Asamblea Constituyente y profundas e inmediatas reformas a la educación, salud y sistema previsional. Michelle Bachelet, en tanto, insistió en su principal consigna: lucha contra la desigualdad.
Los “cuatro fantásticos” de Nueva Mayoría no polemizaron entre sí, en cambio se mostraron dispuestos a llegar a acuerdos después de las primarias del 30 de junio. Bachelet, incluso, habló de ampliar y sumar nuevos aliados al pacto, incorporando fuerzas sociales y gremiales.
En la derecha, cada vez más inquietos por lo que consideran una nueva “marea roja” que se cierne sobre Chile, hacen desesperados esfuerzos para remontar en las encuestas y tratar de imponer sus postulantes al Parlamento. La Unión Demócrata Independiente (UDI) principal bastión político-parlamentaria de la Constitución de 1980 y del modelo económico neoliberal, está viendo con angustia el escaso entusiasmo que despierta la candidatura de Pablo Longueira en regiones. En su gira por el sur el ex ministro de Economía logró congregar sólo algunas decenas de personas y debió enfrentar, al mismo tiempo, acciones de repudio y manifestaciones en su contra. En su comando de campaña se decidió concentrar el trabajo de propaganda en los sectores populares de Santiago, Valparaíso y Temuco, mientras los principales parlamentarios de la tienda gremialista se abocan a garantizar la asistencia a las primarias del 30 de junio de militantes y simpatizantes. Longueira basa su confianza en el “electorado duro” de la derecha -entre ellos los miembros de las fuerzas armadas y sus familias- y en el escaso entusiasmo por votar de los sectores independientes que eventualmente podrían inclinarse por su adversario, el representante de Renovación Nacional, Andrés Allamand.
Este último introdujo en su campaña a los independientes que se aglutinan en Evópoli, movimiento liberal que fundó Felipe Kast Sommerhoff y que ha ido adquiriendo presencia entre los profesionales jóvenes que pueblan los ministerios del actual gobierno. Allamand también recibió el apoyo de un centenar de destacadas figuras independientes a través de una inserción en El Mercurio , y sumó al bien evaluado ex ministro de Cultura, el actor Luciano Cruz-Coke, como jefe de su campaña territorial, aumentando aún más la inquietud de la UDI, que apeló al desgastado ex ministro Joaquín Lavín. La UDI, en su intento por acotar lo más posible la primaria del sector, se ha negado a aprobar el proyecto de ley que permite una franja electoral para los comicios del domingo 30.
EL “REPUBLICO” ESCALONA
Uno de los escasos factores que perturban el despliegue de Nueva Mayoría -la coalición que reemplaza a la Concertación- lo constituye el senador Camilo Escalona, cuya repostulación a la Cámara Alta se vio frustrada por una decisión de la comisión política del Partido Socialista, tienda de la cual se consideraba líder indiscutido. Luego de una pausa para retomar aliento después de su severo traspié, Escalona reaccionó con la difusión de una larga lista de dirigentes políticos que lo apoyan, encabezada por Eduardo Frei Ruiz-Tagle y otros connotados miembros del PDC, entre ellos Ignacio Walker, Soledad Alvear y Andrés Zaldívar. Los adherentes, tras un panegírico en defensa de la trayectoria de Escalona, expresan: “Confiamos en su voluntad y capacidad de proseguir entregando su aporte a la conducción de los esfuerzos por la profundización y robustecimiento de la democracia. Desde todo Chile, los socialistas y otros demócratas que comparten estos conceptos, lo abrazamos y le expresamos nuestro afecto y solidaridad”.
Casi en forma simultánea a la difusión de la lista, Escalona publicó una columna titulada “A propósito del 4 de junio” en la página web del Instituto Igualdad, ligado al PS, donde insistió en sus reparos a lo que considera la “radicalización” del programa de Bachelet. En parte de su escrito, Escalona expresó que “las fuerzas o grupos que pretenden el cambio revolucionario caen en el error de pensar que un golpe audaz, una acción afortunada, puede ‘de golpe’ realizar aquellas añoradas transformaciones, es decir, que de pronto la minoría puede pasar a ser mayoría y materializar su voluntad. Esa es una simplificación profunda del proceso político, cuya raíz no es un pensamiento democrático. Es la creencia que una minoría mesiánica puede alcanzar por su sola acción aquello que el proceso histórico no ha permitido y que las fuerzas populares, en su largo desarrollo, no han conseguido en décadas de luchas y de esfuerzos sucesivos”; añadiendo que “estoy convencido que radicalizar artificialmente el programa que se propondrá al país como alternativa de gobierno, sólo redundará en el fortalecimiento de las fuerzas más conservadoras y en el debilitamiento, altamente inconveniente, del acuerdo estratégico en el ámbito cultural, político y social entre el centro y la Izquierda, que ha sido la base, hasta hoy, del restablecimiento de la democracia en Chile”.
En el PS y en la Izquierda en general, critican a Escalona su apego a lo que muchos han llamado “el partido del orden”, un grupo de políticos alineados en la defensa del statu quo y de sus personales cuotas de poder. Al conductor de la Nueva Izquierda, tendencia predominante hasta ahora en el PS, se le atribuía la intención de transformarse en el poder detrás del trono en una eventual segunda administración de Bachelet. A Escalona -afirman sus críticos- le acomoda el cartel de “repúblico”, “estadista”, gestor del diálogo y de consensos políticos, como lo halagó El Mercurio . Se creyó el cuento -agregan algunos- de que él puede dar garantías de gobernabilidad a los empresarios y a la propia derecha.
Su cerrada oposición a una Asamblea Constituyente se cruza, incluso, con una decisión tomada en el congreso ideológico que el PS efectuó en julio de 2011. Uno de los acuerdos fue cambiar la Constitución Política de 1980 “a través de una Asamblea Nacional Constituyente”.
Los pasos de Camilo Escalona en los últimos días permiten augurar que dará una cerrada lucha por retomar la conducción del PS en las próximas elecciones internas y desde allí, manejar -junto a sus aliados en los otros partidos de la Concertación- las llaves que abren y cierran las puertas de los acuerdos parlamentarios para el fututo gobierno. Habrá que ver si lo logra.
MANUEL SALAZAR SALVO
RECUADRO
Liberty Valance y “UP2013”
Liberty Valance es uno de los malos más malos que ha producido el cine, inmortalizado por John Ford en el filme El hombre que mató a Liberty Valance . El personaje encarnado por Lee Marvin es tan malo, que todo el argumento de la película gira en determinar cuál será el hombre capaz de matarlo. Liberty usa una máscara y porta un látigo inconfundible con empuñadura de plata. No trepida en nada, no tiene corazón y su mirada paraliza. Nadie en el lejano oeste es capaz de contenerlo.
Su nombre fue adoptado por un hasta ahora anónimo columnista de El Mercurio , un escribiente que tampoco duda a la hora de infundir terror. Este Liberty recurre a la crónica satírica para conseguir sus propósitos. Su columna “Perdone lo poco” se publica en la revista Sábado que incluye El Mercurio y, ocasionalmente, se le requiere para “operaciones especiales” en el Cuerpo de Reportajes y otras secciones del periódico. El sábado 8, Liberty escribió una perlita de insidia y maledicencia que tituló “UP2013”, dirigida con especial afecto para los democratacristianos (ver en www.emol.com ).
La identidad de este moderno Liberty Valance se oculta bajo siete llaves en El Mercurio . Tarde o temprano, sin embargo, los malos quedan al descubierto. Detrás de la máscara de este Liberty Valance se esconde el periodista Antonio Martínez, columnista del suplemento deportivo del mismo diario, crítico de cine, autor de algunos libros sobre el séptimo arte y ex editor del diario La Epoca y de la revista HOY , ambos medios desaparecidos.
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 783, 14 de junio, 2013
www.puntofinal.cl