Carta abierta a Franco Parisi
Utilizar ropaje independiente ha sido la forma de penetración más efectiva de la derecha económica en el mundo y creo que tú representas eso, sobre todo en tiempos de crisis de legitimidad institucional. Como decía Gramsci: “El viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer. Y en este claroscuro surgen los monstruos”.
Franco,
Sé que es poco probable que triunfes en noviembre, pero ante la popularidad que ha alcanzado tu candidatura y entendiendo que una carrera política no sólo se evalúa por resultados electorales, sino que también por la fuerza con la que se instalan ideas y formas de entender la convivencia democrática, me siento en la obligación de expresar, mediante la siguiente carta, algunas preocupaciones y comentarios que surgen al escuchar tus propuestas y revisar tu perfil biográfico.
Primero que todo, me inquieta tu discurso “anti-política”. Me recuerda a Pinochet. Él, al igual que tú, menospreciaba la actividad política y aprovechaba cualquier oportunidad para desprestigiarla, logrando así instrumentalizar, para su beneficio, la incapacidad coyuntural de los partidos para solucionar conflictos sociales. Pero existe una diferencia: Él era un dictador de escasa formación intelectual que veía en la política un obstáculo para la instauración violenta e ilegal de un régimen autoritario. Tú, en cambio, estás postulando, por la vía institucional, a la Presidencia de la República, el cargo político por antonomasia. ¿Cómo entender, entonces, esta insalvable contradicción entre el puesto que pretendes ocupar y el menosprecio que demuestras por la actividad que eventualmente deberías realizar? Creo que aquí hace falta aclarar un concepto que tú utilizas mucho para alejarte del “mundo político”: la independencia. Existen dos dimensiones de este atributo: la partidista y la político-ideológica. La primera es natural y la comparte la mayoría de los chilenos (sólo una minoría es militante); la segunda es mentira. Ocultar el disfraz de “derecha económica” en el clóset es una buena estrategia de marketing, te lo concedo, pero creo que es poco transparente decirle a la gente que eres independiente si crees en el afán de lucro en educación y salud o en la focalización como la mejor política pública, por dar algunos ejemplos. Y eso que ni siquiera menciono tu relación con Sebastián Piñera en Cochilco, Tantauco y la EPSA.
Utilizar ropaje independiente ha sido la forma de penetración más efectiva de la derecha económica en el mundo y creo que tú representas eso, sobre todo en tiempos de crisis de legitimidad institucional. Como decía Gramsci: “El viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer. Y en este claroscuro surgen los monstruos”. No soy alarmista, no creo que seas una suerte de “amenaza fascista de extrema derecha”, pero sí considero que iniciativas como la tuya son técnicas de reanimación para nuestro moribundo modelo neo-liberal y eso es perjudicial para los que creemos en un sistema social más humano, justo y realmente libre.
En segundo lugar, me preocupa tu experiencia en el mundo privado. Tuviste participación en directorios de colegios y fuiste accionista, junto a tu padre y hermano, de la AFP Provida. Más allá de la mala administración de los colegios o del resultado de tus inversiones, el problema de fondo es que crees en la mercantilización de la educación y avalas nuestro nefasto sistema previsional lucrando con él. Hoy, el copago y los fines de lucro en educación estratifican nuestra sociedad en relación al poder adquisitivo de las personas y las AFP condenan a la pobreza a miles de ancianos mediante pensiones de miseria. Son cánceres sociales y tú fuiste partícipe –directa o indirectamente– de ambos. ¿Cómo puede la ciudadanía confiar en que terminarás con estos problemas sociales si para ti no son “problemas”, sino oportunidades de negocio? Más aún, tus votantes tienen motivos suficientes para temer que tus críticas hacia el modelo actual son apenas cosméticas, no estructurales, por lo tanto, estando en el poder, no impulsarías cambios radicales, sino que continuarías con la agenda privatizadora del duopolio que tanto criticas, pero con un poco de maquillaje.
En tercer y último lugar, un comentario. Creo que habrías sido mucho más aporte a las capas menos favorecidas de la población si hubieses seguido con tu iniciativa de acercar los temas financieros a la gente. Formar una fundación sin fines de lucro, por ejemplo, orientada a fomentar la mejor distribución de información acerca de temas crediticios, hipotecarios y otros asuntos. Pero no, decidiste emprender una aventura quijotesca y ambiciosa en una arena que no te acomoda y en la que no tienes experiencia. Al parecer, el hambre de poder fue más fuerte que las ganas de ayudar a la gente. Irónico, considerando que es precisamente eso lo que criticas de los partidos políticos.
Álvaro Muñoz Ferrer
Bachiller en Ciencias y Humanidades de la Universidad de Santiago y estudiante de Ingeniería Comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez, minor en Ciencias Políticas.